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Channel: Infancia Misionera - Jornada Infancia Misionera y Sembradores de Estrellas España
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Los Sembradores de Estrellas

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Los “Sembradores de Estrellas” salen por las calles para llevar el mensaje de Amor de Jesús y felicitar la Navidad en nombre de los misioneros


Los niños Sembradores de Estrellas se convierten en auténticos misioneros de Jesúsllevando la alegría de la Buena Noticia. Para vivir esta gran fiesta a la que los convoca la Obra de Infancia Misionera invitamos a todos los Sembradores de Estrellasa que se preparen durante todo el Advientopara recibir a Jesús y anunciar esta alegría a los demás. Así el Adviento será un tiempo fuerte para el compromiso misionero de estos niños. Descargar la guía de celebración del Adviento Misionero.


Preparación
Ser “Sembradores de Estrellas” es mucho más que una forma bonita de pasar un buen rato juntos. Es experimentar la ternura que Dios siente por nosotros, tan palpable en el nacimiento de Jesús, nos mueve a transmitir a los demás ese mensaje de amor, con el deseo de construir entre todos un mundo donde reine la paz.
Por eso, es fundamental una preparación que ayude a los niños a comprender y a transmitir el significado de lo que van a hacer: convertirse en pequeños misioneros que comparten la buena noticia de Jesús y felicitan la Navidad en nombre de esos misioneros, hombres y mujeres, que anuncian el Evangelio en países lejanos.


Convocatoria
Se aprovecha la preparación a las fiestas de Navidad que los niños viven en sus hogares y escuelas. Desde la parroquia y la catequesis se les invita a entrar en el ambiente navideño, disponiéndoles para el encuentro con Jesús, con los demás y con los otros niños.
Los responsables de la pastoral en la parroquia, el colegio o el grupo son quienes harán la invitación a los “Sembradores”. Esa convocatoria a los niños debe hacerse con tiempo suficiente y explicándoles de una manera concreta en qué consiste esta actividad, para que tenga el mayor número posible de participantes.


Explicación de la actividad a los niños
Naturalmente, no se puede enviar sin más a los niños a ser “mensajeros” a la calle. Días antes hay que concienciarles de que van a realizar la que seguramente es la única campaña callejera en la que no se pide nada.
Esta preparación no se puede dejar para el último día: hay que elegir bien a los acompañantes, los lugares en los que estarán, quiénes compondrán cada grupo, cómo se regalará la estrella y qué se dirá al realizar ese gesto. No conviene que los niños “se lancen” sobre el transeúnte por sorpresa; llevan un mensaje hermoso y hay que transmitirlo bien.


Celebración del envío
Es muy conveniente que al reparto de estrellas le preceda la celebración del envío de los “sembradores”. El envío es un acto cristiano y misionero, con un sentido comunitario, de oración, de acogida de la Palabra de Dios y de la fuerza de su Espíritu. En la medida de lo posible, participarán varios grupos para destacar la riqueza del encuentro y que otros comparten con nosotros la misma misión.


 Recursos para Sembradores de Estrellas:
       
Visitar la página de los Sembradores de Estrellas
        Descargar canciones para los sembradores

 Recursos para vivir una Navidad Solidaria con los niños más necesitados:
       
Visitar la página de la Navidad Misionera y solidaria




Adviento Misionero: preparar el camino para la Navidad

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Para prepararnos para la Navidad y vivir la gran fiesta de los Sembradores de Estrellas, en la que los niños se convertirán en misioneros "portadores de la Buena Noticia de Jesús", invitamos a todos ellos a prepararse a lo largo del Adviento para recibir a Jesús y anunciar esta alegría a los demás.


Guía del Adviento para niños


Guía del Adviento para niños 


La Guía del Adviento Misionero es una propuesta para vivir este tiempo que nos prepara para recibir a Jesús, alimentando el compromiso misionerode los niños y ayudándoles a comprender el sentido profundo de la actividad Sembradores de Estrellas, justo antes de celebrar la Navidad.
En Adviento muchas parroquias, comunidades y colegios preparan símbolos en la misa dominical con niños, en el aula escolar o de catequesis, para hacer llegar más y mejor el mensaje del Adviento.


Objetivos

- Proporcionar a los agentes de pastoral, catequistas, profesores, educadores, una ayuda para que los niños descubran la naturaleza del Adviento como tiempo de preparación personal y comunitaria para recibir a Jesús en Navidad. 
Integrar en esta actividad el proceso de preparación de la Jornada de Infancia Misionera, teniendo presente el lema de este año, "Gracias".
- Colaborar con los educadores para que los niños, desde la escucha de la Palabra de Dios y la oración, descubran la dimensión misionera que conlleva la acogida de Jesús en nuestras vidas.
- Ayudar a las familias a acompañar a los niños en la realización de las actividades y de los signos que les proponemos para vivir con espíritu misionero este tiempo litúrgico.
- Invitar a los niños a que asuman algún compromiso misionero durante el Adviento.


Nuestra propuesta: Guía de Adviento Misionero

Recursos para celebrar el Adviento 2015 con los niños en clave misionera
La propuesta que hace Infancia Misionera para vivir el Adviento Misionero con los niños está pensada para utilizarla tanto en la eucaristía, como en la catequesis, en los grupos o en los colegios.
La Guía de Adviento está articulada para que se lleve a cabo durante los cuatro domingos litúrgicos. 
Si se hace durante la eucaristía, la "motivación" puede usarse a modo de monición de entrada; los "signos", pueden ser presentados durante un momento de la celebración; y el "compromiso" se puede proponer en la homilía o al final de la celebración invitando a los niños para que lo lleven a cabo durante la semana. 
También puede ser muy útil para breves encuentros de oración, o en las catequesis y grupos y también puede seguirse este mismo esquema de motivación, signos y compromiso misionero para la semana. 




    Recursos:
               Juego del Adviento Misionero Descargar Juego del Adviento Misionero
               
               Gran juego del Adviento misionero para niños



             Guía Adviento Misionero:  Descargar Guía para la celebración del Adviento

             



    Vive una Navidad Misionera y solidaria

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    En Navidad los misioneros son portadores de ilusión y esperanza

    En Navidad Dios se ha hecho hombre para compartir nuestra vida¿No habrá querido decirnos que también nosotros tenemos que estar dispuestos a compartir la vida con nuestros hermanos y hacer nuestra su suerte?

    Los misioneros, en estas fechas más que nunca, se convierten en otro coro de “ángeles” que anuncian la venida de Dios a los más pobres y en los lugares más remotos de la tierra. Imitando a Dios pobre y desplazado, han hecho su hogar en cientos de belenes dispersos por África, América u Oceanía, uniéndose a la vida de gentes olvidadas para el mundo, a las que han hecho llegar un mensaje de esperanza y salvación.

    Losmisionerosencarnan la esperanza de la Navidad entre los pobres. ¡Ojalá que nosotros les imitemos! ¡Ojalá nosotros seamos también portadores de esperanza!


    Vive una Navidad solidaria ayudando a los misioneros con la hucha del compartir

    Infancia Misionera en Navidad ayuda a los misioneros con la Hucha del Compartir

    La “Hucha del compartir” nos da la oportunidad de vivir una “Navidad Solidaria”. Durante toda la Navidad y hasta la Jornada de Infancia Misionera, podéis ir llenando esta hucha, también con la ayuda de familiares y amigos con los que compartís la Navidad, para ayudar los niños más necesitados del mundo a través de la Obra Pontificia de Infancia Misionera.


    Descarga tu hucha, coloréala, móntala y recoge en ella las ayudas para compartir con los niños más necesitados del mundo. En la Jornada de Infancia Misionera 2016, podrás entregarla en tu parroquia o en tu delegación de misiones. Los frutos de tu generosidad servirán para que los misioneros puedan llevar adelante proyectos con la infancia más desfavorecida.



    Recursos:

    ¡Únete a los Sembradores de Estrellas!

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    ¿No has salido a repartir estrellas por las calles? ¿No has salido con los famosos SEMBRADORES DE ESTRELLAS por las calles, las casas, las tiendas de tu pueblo, o de la ciudad en la que vives?



    Esta Navidad únete a los Sembradores de Estrellas

    Para descargar todos los materiales de la celebración y los materiales visita la página de los Sembradores de Estrellas:http://www.infanciamisionera.es/p/sembradores-estrellas.html

    Pues lo hacen en España cerca de 100.000 niños. Únete; son chavales estupendos. Los conocemos bien. No estamos hablando de eso de salir a de pedir el aguinaldo; no. Estamos hablando de salir a regalar estrellas a las personas que pasean en vísperas de Navidad sin pedir a cambio nada. Es formidable. Los que pasan por la calle no se lo creen, pero son gratis.

    Jesús está deseando llenar de alegría este mundo triste. ¿De quién se puede valer para alegrar a las personas que lo habitan? Pues de los niños y niñas majos de esta tierra, o sea, de ti y de los que son como tú.

    Y se le ha ocurrido este invento de que salgáis cantando por las calles, felicitando a los que pasan con la cara larga, o con la cara corta, y que les regaléis, de su parte, una estrella adhesiva que sea como una sonrisa en la solapa o en el abrigo de todos.

    Decidme si no es esto muy parecido a convertiros en ángeles que anuncian con cantos y estrellas que Jesús vive entre nosotros, como lo hicieron aquellos de Belén. Y decidme si no es estupendo que la gente escuche este mensaje a través de los nuevos mensajeros de la Navidad, o sea, vosotros.

    Ser "Sembradores" es una gran responsabilidad: no podemos salir a "sembrar" sin más. Por eso os proponemos que en el cole, en la parroquia, con vuestro profe, monitor o catequista os preparéis, durante todo el Adviento, para recibir a Jesús y anunciar esta alegría a los demás.

    Y ¿sabéis una cosa? Nos hemos dado cuenta de que los "Sembradores de Estrellas" tenéis un corazón generoso, así que os invitamos a que, tras sembrar vuestras estrellas, os llevéis a casa la "hucha del compartir" y os comprometáis como buenos misioneros a vivir una Navidad solidaria, llenando vuestras huchas para entregarlas en la Jornada de Infancia Misionera 2015.

    Si quieres ver como vivir una Navidad solidaria  pincha aquí
    Si quieres descargarte la "hucha del compartir" pincha aquí

    Ponte de acuerdo con tus amigos y sal a cambiar las caras tristes en caras alegres; sal a repartir estrellas. Tú también te sentirás como nuevo, como mensajero de una noticia importante; «Jesús ha nacido». Y es que tú y yo lo sabemos, pero a otros muchos hay que recordárselo.


    Xavier Illundian

    Ayudemos con un corazón grande

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    Diálogo del Papa con estudiantes de las escuelas Jesuitas de Italia y Albania 




    El primero de los párrafos que siguen corresponde al diálogo espontáneo del Papa con estudiantes de las escuelas de los jesuitas de Italia y Albania, y el segundo al discurso para esa ocasión que el Papa dejó por escrito.



    “Queridos muchachos, queridos jóvenes: [...]

    Debemos ser magnánimos, con el corazón grande, sin miedo. Apostar siempre por los grandes ideales. Pero también magnanimidad con las cosas pequeñas, con las cosas cotidianas. El corazón amplio, el corazón grande. Y esta magnanimidad es importante encontrarla con Jesús, en la contemplación de Jesús. Jesús es quien nos abre las ventanas al horizonte. Magnanimidad significa caminar con Jesús, con el corazón atento a lo que Jesús nos dice. [...]


    Queridos muchachos, queridos jóvenes, ¡amad cada vez más a Jesucristo! Nuestra vida es una respuesta a su llamada y vosotros seréis felices y construiréis bien vuestra vida si sabéis responder a esta llamada. Percibid la presencia del Señor en vuestra vida. Él está cerca de cada uno de vosotros como compañero, como amigo, que os sabe ayudar y comprender, os alienta en los momentos difíciles y nunca os abandona. En la oración, en el diálogo con Él, en la lectura de la Biblia, descubriréis que Él está realmente cerca de vosotros. Y aprended también a leer los signos de Dios en vuestra vida. Él nos habla siempre, incluso a través de los hechos de nuestro tiempo y de nuestra existencia de cada día. Está en nosotros escucharle. [...]” 






    Papa Francisco
    7 de junio de 2013



    Los niños son signo de esperanza, signo de vida

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    El Papa Francisco habla de los niños: “Los niños son un signo del estado de salud de una familia, de una sociedad, de todo el mundo”



    Dentro de su peregrinación a Tierra Santa el papa Francisco celebró la santa misa en la Plaza del Pesebre de Belén. Allí pronunció la siguiente homilía:

    “«Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12). [...]

    El Niño Jesús, nacido en Belén, es el signo que Dios dio a los que esperaban la salvación, y permanece para siempre como signo de la ternura de Dios y de su presencia en el mundo. El ángel dijo a los pastores: «Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño...».

    También hoy los niños son un signo. Signo de esperanza, signo de vida, pero también signo “diagnóstico” para entender el estado de salud de una familia, de una sociedad, de todo el mundo. Cuando los niños son recibidos, amados, custodiados, tutelados, la familia está sana, la sociedad mejora, el mundo es más humano. [...]

    Dios hoy nos repite también a nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI: «Y aquí tenéis la señal», buscad al niño...

    El Niño de Belén es frágil, como todos los recién nacidos. No sabe hablar y, sin embargo, es la Palabra que se ha hecho carne, que ha venido a cambiar el corazón y la vida de los hombres. Este Niño, como todo niño, es débil y necesita ayuda y protección. También hoy los niños necesitan ser acogidos y defendidos desde el seno materno.

    En este mundo, que ha desarrollado las tecnologías más sofisticadas, hay todavía por desgracia tantos niños en condiciones inhumanas, que viven al margen de la sociedad, en las periferias de las grandes ciudades o en las zonas rurales. Todavía hoy muchos niños son explotados, maltratados, esclavizados, objeto de violencia y de tráfico ilícito. Demasiados niños son hoy desplazados, refugiados, a veces ahogados en los mares, especialmente en las aguas del Mediterráneo. De todo esto nos avergonzamos hoy delante de Dios, el Dios que se ha hecho Niño.

    Y nos preguntamos: ¿quién somos nosotros ante Jesús Niño? ¿Quién somos ante los niños de hoy? ¿Somos como María y José, que reciben a Jesús y lo cuidan con amor materno y paterno? ¿O somos como Herodes, que desea eliminarlo? ¿Somos como los pastores, que corren, se arrodillan para adorarlo y le ofrecen sus humildes dones? ¿O somos más bien indiferentes? ¿Somos tal vez retóricos y pietistas, personas que se aprovechan de las imágenes de los niños pobres con fines lucrativos? ¿Somos capaces de estar a su lado, de «perder tiempo» con ellos? ¿Sabemos escucharlos, custodiarlos, rezar por ellos y con ellos? ¿O los descuidamos, para ocuparnos de nuestras cosas?

    Y aquí tenemos la señal: «Encontraréis un niño...». Tal vez ese niño llora. Llora porque tiene hambre, porque tiene frío, porque quiere estar en brazos... También hoy lloran los niños, lloran mucho, y su llanto nos cuestiona. En un mundo que desecha cada día toneladas de alimento y de medicinas, hay niños que lloran en vano por el hambre y por enfermedades fácilmente curables. En una época que proclama la tutela de los menores, se venden armas que terminan en las manos de niños soldado; se comercia con productos confeccionados por pequeños trabajadores esclavos. Su llanto es acallado. ¡El llanto de estos niños es acallado! Deben combatir, deben trabajar, no pueden llorar. Pero lloran por ellos sus madres, Raqueles de hoy: lloran por sus hijos, y no quieren ser consoladas (cf. Mt 2,18).

    «Y aquí tenéis la señal»: encontraréis un niño. El Niño Jesús nacido en Belén, todo niño que nace y crece en cualquier parte del mundo, es signo diagnóstico, que nos permite comprobar el estado de salud de nuestra familia, de nuestra comunidad, de nuestra nación. De este diagnóstico franco y honesto, puede brotar un estilo de vida nuevo, en el que las relaciones no sean ya de conflicto, abuso, consumismo, sino relaciones de fraternidad, de perdón y reconciliación, de participación y de amor.


    Oh María, Madre de Jesús,  tú, que has acogido, enséñanos a acoger;  tú, que has adorado, enséñanos a adorar; tú, que has seguido, enséñanos a seguir. Amén” 




    Papa Francisco
    25 de mayo de 2014


    Presentación de la Jornada Infancia Misionera 2016

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    Gracias, nuestra respuesta es la gratitud


    Anastasio Gil García, Director Nacional de Obras Misionales Pontificias España, presenta la Jornada Infancia Misionera 2016, que este año se celebra el 24 de enero, bajo el lema "Gracias"


    Gracias, lema de la Jornada de Infancia Misionera 2016

    La imagen del grano de mostaza propuesta por Jesucristo al referirse a la Iglesia bien puede aplicarse a Infancia Misionera. Nació como una iniciativa humilde, integrada por un grupo de niños a quienes se pedía sencillamente una avemaría al día y una pequeña limosna al mes. Después de muchos años, ha crecido y se ha desarrollado hasta el punto de cobijar bajo sus ramas a millones de niños, procedentes de más de 130 países. Su finalidad es ofrecerles a ellos, los predilectos del Señor, algunos recursos para crecer y madurar como personas y como cristianos, a través de la labor educadora de sus padres, maestros y catequistas. Infancia Misionera no es un “verso suelto” en el contexto de la formación integral de los más pequeños, ni una “acción buena” para algunos grupos de niños. Va mucho más allá, porque se inserta armónicamente en el paulatino desarrollo de la iniciación de los niños a la fe y a la vida cristiana.

    Fruto de esta convicción es desarrollar, desde la perspectiva misionera, las dimensiones de la iniciación cristiana, como se ha propuesto hacer el Secretariado de Infancia Misionera de 2015 a 2018. En este segundo año, el objetivo es ayudar a los niños a descubrir el origen de lo que son y de lo que tienen. Con la mirada puesta en la fe, se les va a invitar a contemplar a Dios como creador del universo y Padre providente, que cuida de las personas y las cosas para que toda la creación alcance la felicidad. Así, la acción de gracias nace como respuesta por el favor recibido. Ambos dinamismos, gratitud y donación, son siempre fuente de alegría. Muchas veces, ni siquiera es necesario usar palabras. Basta una acción que exprese el movimiento de todo el ser. Así es la actitud de las personas “agradecidas” que conocemos.


    “Sed constantes en orar; dad gracias en toda ocasión” (1 Tes 5,17-18)

    Jesús, con sus gestos y palabras, inicia a sus discípulos en el reconocimiento de que todo lo recibido es pura gratuidad de Dios. De esta certeza brota la oración de acción de gracias. Cuando aquellos le insisten en que les ayude a alcanzar una familiaridad con el Padre, como lo ven en su vida, no les enseña solo la oración del padrenuestro, sino que les indica que esta relación oracional debe ser humilde, como la del publicano que reconoce que todo lo que tiene le viene de Dios; constante, como la de la mujer cananea; y agradecida, como Él mismo hace en múltiples ocasiones.
    Antes de resucitar a su amigo Lázaro, Jesús se dirige al Padre para darle gracias porque siempre le escucha (cf. Jn 11,41-42). Cuando experimenta ternura y misericordia con aquella gente que lleva tiempo sin comer, después de bendecir los siete panes, da gracias a Dios por el don de la comida (cf. Mc 8,6). También da gracias al Padre porque es a los sencillos y los pequeños a quienes les ha revelado las cosas importantes (cf. Mt 11,25). Y en la última cena, pronuncia ante sus discípulos la oración de “acción de gracias” antes de instituir la eucaristía (cf. 1 Cor 11,24). Los cristianos de los primeros siglos reconocían con ese nombre de “acción de gracias” la celebración litúrgica del memorial del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. No podían elegir una expresión mejor, porque la eucaristía es la más grande de todas las acciones de gracias.


    El niño de Infancia Misionera siempre dice: “Gracias”

    La finalidad de esta Jornada misionera, por tanto, es suscitar en los niños la acción de gracias por:

    El don de la creación. Al contemplar la naturaleza, conviene promover entre los niños una corriente de gratitud y respeto por la belleza de tantas cosas que proceden de la bondad de Dios.
    El don de la vida. Los bienes disponibles para la subsistencia, como la comida, la vivienda, la salud, el vestido, la convivencia, etc., son regalos concedidos por Dios a través de la bondad y generosidad de los demás.
    El don de la fe. Entre los dones recibidos destaca este, el cual nace de que alguien nos ha traído la buena noticia de que Dios es nuestro Padre. Al reconocer los fieles de Colosas el don del Evangelio, Pablo les anima a dar “gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados” (Col 3,16).
    El don de ser “pequeños misioneros”. Los niños de Infancia Misionera descubren cada día que también ellos son protagonistas de esta corriente anunciadora de la bondad de Dios. Con su estilo de vida, su oración y generosidad, y sobre todo con su servicio a los demás, son como los misioneros que un día salieron de su tierra para estar muy cerca de los que más lo necesitan.


    Para el niño de Infancia Misionera, la palabra “gracias” no es una simple respuesta de educación o convencional: es la expresión de lo que realmente siente en su corazón.


    Anastasio Gil
    Director de OMP en España

    Rueda de Prensa Infancia Misionera 2016

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    El próximo 14 de enero a las 12:00 horas tendrá lugar en la sede de OMP España la rueda de prensa de presentación de la Jornada de Infancia Misionera 2016.




    LUGAR:                  Sede Nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP)
    c/ Fray Juan Gil, 5 28002 Madrid
    FECHA:                   Jueves 14 de enero
    HORA:                     12.00h
    INTERVIENEN:   Anastasio Gil García, director nacional de OMP España                                     Mark Desser, vicario general de Yibuti


    En la rueda de prensa se darán las claves de esta Jornada de Infancia misionera impulsada por el Papa, cuyo protagonismo absoluto es de los niños: ellos son los donantes y los beneficiarios. Se ofrecerá asimismo el testimonio del vicario general de Yibuti, que explicará la situación de la infancia en este peculiar país africano, y dará cuenta del destino de las ayudas que reciben anualmente de Infancia Misionera, para el trabajo educativo de la Iglesia en la diócesis, donde atienden a 2.700 alumnos de diversas circunstancias sociales, familiares y étnicas; en su mayoría musulmanes.

    Mark Desser nació en Michigan (Estados Unidos) en 1972. Ingeniero eléctrico de profesión, trabajó para General Motors en su país y en Alemania hasta 2003, año en que dejó su trabajo para ingresar en la comunidad religiosa Los Siervos de los Pobres. Tras años de formación en Perú, Toledo y Francia, intuyó que su sitio estaba entre los musulmanes, por lo que decidió marcharse a Yibuti durante dos años a vivir entre los “Assajogs” (gente de las colinas rojas). Dada la necesidad aguda de sacerdotes en la diócesis, decidió completar sus estudios para el sacerdocio en Tarazona, y finalmente fue ordenado en 2011, en la catedral de Yibuti.

    Actualmente es el vicario general de la diócesis de Yibuti, y trabaja al norte del país en la Misión Católica de Tadjorurah, a la orilla del golfo, territorio de los Affars. Allí hay una escuela de alfabetización –donde los niños más pobres aprenden a leer para luego reintegrarse al sistema educativo nacional-, y una escuela de formación profesional, de la que Desser es director, sacerdote, profesor y hombre de mantenimiento.



    Jesús y la Virgen nos ayudan

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    Palabras del Papa Francisco a los niños de Primera Comunión




    Durante su visita a la parroquia romana de Santa Isabel y San Zacarías, el papa Francisco celebró la eucaristía en la solemnidad de la Santísima Trinidad. En su homilía, el Santo Padre desarrolló este diálogo con los niños y niñas de primera comunión.


    “Queridos hermanos y hermanas:

    El párroco, en sus palabras, me ha hecho recordar algo bello de la Virgen. Cuandola Virgen, en cuanto recibió el anuncio de que sería la madre de Jesús, y también el anuncio de que su prima Isabel estaba encinta —dice el Evangelio—, se fue deprisa; no esperó. No dijo: «Pero ahora yo estoy embarazada; debo atender mi salud. Mi prima tendrá amigas que a lo mejor la ayudarán». Ella percibió algo y «se puso en camino deprisa».

    Es bello pensar esto de la Virgen, de nuestra Madre, que va deprisa, porque tiene esto dentro: ayudar. Va para ayudar, no para enorgullecerse y decir a la prima: «Oye, ahora mando yo, porque soy la mamá de Dios». No; no hizo eso. Fue a ayudar. Y la Virgen es siempre así. Es nuestra Madre, que siempre viene deprisa cuando tenemos necesidad. Sería bello añadir a las Letanías de la Virgen una que diga así: «Señora que vas deprisa, ruega por nosotros».

    Es bello esto, ¿verdad? Porque Ella siempre va deprisa, Ella no se olvida de sus hijos. Y cuando sus hijos están en dificultades, tienen una necesidad y la invocan, Ella acude deprisa. Y esto nos da una seguridad, una seguridad de tener a la Mamá al lado, a nuestro lado siempre. Se va, se camina mejor en la vida cuando tenemos a la mamá cerca. Pensemos en esta gracia de la Virgen, esta gracia que nos da: estar cerca de nosotros, pero sin hacernos esperar. ¡Siempre! Ella está —confiemos en esto— para ayudarnos.La Virgen siempre va deprisa, por nosotros.

    La Virgen nos ayuda también a entender bien a Dios, a Jesús, a entender bien la vida de Jesús, la vida de Dios, a entender bien quién es el Señor, cómo es el Señor, quién es Dios. A vosotros, niños, os pregunto: «¿Quién sabe quién es Dios?». Levantad la mano. Dime. ¡Eso! Creador de la Tierra.¿Y cuántos Dios hay? ¿Uno? Pero a mí me han dicho que hay tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¿Cómo se explica esto? ¿Existe uno o existen tres? ¿Uno? ¿Uno? ¿Y cómo se explica que uno sea el Padre, otro el Hijo y otro el Espíritu Santo? ¡Más fuerte, más fuerte! Esa está bien. Son tres en uno, tres personas en uno.

    ¿Y qué hace el Padre? El Padre es el principio, el Padre, que ha creado todo, nos ha creado a nosotros. ¿Qué hace el Hijo? ¿Qué hace Jesús? ¿Quién sabe decir qué hace Jesús? ¿Nos ama? ¿Y qué más? ¡Trae la Palabra de Dios! Jesús viene a enseñarnos la Palabra de Dios. ¡Muy bien esto! ¿Y además? ¿Qué hizo Jesús en la tierra? ¡Nos ha salvado! Y Jesús vino para dar su vida por nosotros. El Padre crea a todos, crea el mundo; Jesús nos salva; ¿y el Espíritu Santo, qué hace? ¡Nos ama! ¡Te da el amor! Todos los niños juntos: el Padre crea a todos, crea el mundo; Jesús nos salva; y ¿el Espíritu Santo? ¡Nos ama! Y ésta es la vida cristiana: hablar con el Padre, hablar con el Hijo y hablar con el Espíritu Santo.

    Jesús nos ha salvado, pero también camina con nosotros en la vida. ¿Es verdad esto? ¿Y cómo camina? ¿Qué hace cuando camina con nosotros en la vida? Esto es difícil. ¡Quien lo diga gana el derbi! ¿Qué hace Jesús cuando camina con nosotros? ¡Más fuerte! Primero: nos ayuda.¡Nos guía! ¡Muy bien! Camina con nosotros, nos ayuda, nos guía y nos enseña a ir adelante. Y Jesús nos da también la fuerza para caminar. ¿Es verdad? Nos sostiene. ¡Bien! En las dificultades, ¿verdad? ¡Y también con las tareas de la escuela! Nos sostiene, nos ayuda, nos guía, nos sostiene. ¡Eso es! Jesús va siempre con nosotros. Vale.

    Pero oíd, Jesús nos da la fuerza. ¿Cómo nos da la fuerza Jesús? ¡Vosotros sabéis cómo nos da la fuerza! ¡Más fuerte; no oigo! En la Comunión nos da la fuerza, precisamente nos ayuda con la fuerza. Él viene a nosotros. Pero cuando vosotros decís «nos da la Comunión», ¿un pedazo de pan te da tanta fuerza? ¿No es pan eso? ¿Es pan? Esto es pan, pero el que está en el altar ¿es pan o no es pan? ¡Parece pan! No es precisamente pan. ¿Qué es? Es el Cuerpo de Jesús. Jesús viene a nuestro corazón. Eso. Pensemos en esto, todos: el Padre nos ha dado la vida; Jesús nos ha dado la salvación, nos acompaña, nos guía, nos sostiene, nos enseña; ¿y el Espíritu Santo? ¿Qué nos da el Espíritu Santo? ¡Nos ama! Nos da el amor.

    Pensemos en Dios así y pidamos a la Virgen, la Virgen nuestra Madre, deprisa siempre para ayudarnos, que nos enseñe a entender bien cómo es Dios: cómo es el Padre, cómo es el Hijo y cómo es el Espíritu Santo. Así sea”



    Papa Francisco
    26 de mayo de 2013




    Claves para entender la Obra Pontificia de Infancia Misionera

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    Infancia Misionera es una obra pontificia que promueve la solidaridad y en la que los niños son los protagonistas


    Jornada Infancia Misionera 2016


    La Obra Pontificia de Infancia Misionera nació en Francia en 1834, por iniciativa del obispo francés Forbín-Janson, que invitó a los niños de su diócesis a colaborar con otros niños de China. Este obispo se sintió  profundamente conmovido ante las noticias que le llegan de los misioneros que trabajan en Extremo Oriente, especialmente de la dramática situación de pobreza que sufría la población y, especialmente, los niños. La certeza de que miles de niños morían sin el bautismo, y la situación de tantos otros que estaban hambrientos, enfermos y abandonados le lleva a poner en marcha un movimiento de solidaridad. Para ello no acude a los poderosos, sino a los niños que hay en su diócesis. Les hace partícipes de esta situación y les ofrece la posibilidad de acompañarle para ayudar a otros niños. Así nace lo que hoy conocemos como la Obra Pontificia de Infancia Misionera que en España la instauró la Reina Isabel II en 1852. 

    Infancia Misionera está actualmente extendida en más de 130 países y ha generado un cauce de solidaridad entre los niños de la Tierra. 


    Algunas claves para entender Infancia Misionera





    Gracias, es el lema de la Jornada de Infancia Misionera

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    "Gracias" con este sencillo y rotundo lema por bandera, la Iglesia celebra el próximo 24 de enero la Jornada de Infancia Misionera




    ¡Aviso para navegantes!: contra lo que pudiera empujarnos a creer después del deslumbrante oropel consumista y vano con el que los peritos del marketing nos han envuelto la Navidad, la gran Jornada misionera de los niños remata el copioso rosario de las celebraciones navideñas, sí. Pero no es una fiesta para atiborrar de dulces y caramelos las barrigas infantiles. No. De eso, nada.

    Antes, y sobre todo, es un nuevo aldabonazo, directo y claro, que, todos los años por estas fechas, la Iglesia endereza a los más pequeños para sembrar en ellos el espíritu de la fraternidad universal. Por eso, “Los niños ayudan a los niños” es el lema de esta, muy veterana ya, Obra Pontificia. Y, también por eso, este año, llega de la mano de un generoso “Gracias”, que quiere ser consecuencia final del previo intercambio de bienes al que están llamados todos los niños de la Tierra.

    Año tras año, la Infancia Misionera se afana por sembrar, entre los más pequeños, un espíritu libre, solidario y sin fronteras. Un espíritu que arraigue, con fuerza, en los corazones infantiles. Y que, andando el tiempo, sea capaz de transformar a los niños de hoy en hombres y mujeres del mañana, hechos y, sobre todo, derechos: capaces de construir un futuro mejor. Hombres y mujeres que estén resueltos a forjar una humanidad más justa, más libre, más fraterna, más humana y, en definitiva, más cristiana.

    Todos los niños están llamados a ser, el próximo domingo 24 de enero, protagonistas de esa Jornada. Pero, para que eche raíces en el hondón de su alma la certeza de que todos somos hijos de Dios y, por lo tanto, hermanos e iguales en derechos y dignidad, es imprescindible la ayuda y colaboración de los mayoresPor eso, padres, catequistas, profesores y colegios también están llamados a comprometerse en esta empresa. ¡Que nadie se escaquee! Todos los creyentes en Jesús, el Niño de Belén, estamos obligados a colaborar en el anuncio de su Buena Nueva a cuantos, todavía, no han oído hablar de Él. Y, al mismo tiempo, a atajar las muchas necesidades que pisotean la dignidad de cientos de miles de niños que no han tenido tanta suerte como los que corretean por nuestros parques y jardines. Sí, no es broma. Todavía hoy, en los umbrales del siglo XXI, el panorama mundial que presenta la infancia es bien desalentador. Para probarlo, estas pinceladas que nos da UNICEF. 

    Una infancia maltratada
    El Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia dice que, solo en 2012, murieron 6,6 millones de menores de cinco años. Y que la gran mayoría de estas muertes podían haberse evitado. Y eso es una violación del derecho fundamental a sobrevivir y desarrollarse.

    El15% de los niños del mundo se ve obligado a hacer trabajos que comprometen su derecho a la protección contra la explotación económica e infringen su derecho a aprender y a jugar. El 11% de las niñas están casadas antes de cumplir 15 años, lo que pone en peligro su derecho a la salud, la educación y la protección. En Chad, por cada 100 niños que se matriculan en secundaria, solo 44 niñas lo hacen. El resto queda sin educación y sin el amparo y servicios que proporciona la escuela.

    No todo es tan fúnebre y desalentador: unos 90 millones de niños podrían haber muerto antes de cumplir los cinco años si las tasas de mortalidad infantil se hubieran mantenido en los niveles de 1990. Por ejemplo, en Perú, ese año, de cada 1.000 menores morían 79 niños. En el 2012, la cifra bajó a 18 niños por cada mil.
    Pero queda mucho, mucho, mucho por hacer: al presente, seis de cada diez niños de nuestro mundo son víctimas de algún tipo de tragedia: hambre, violencia, pobreza, carencias educativas y sanitarias, explotación...

    Infancia Misionera intenta cambia esta situación
    Para combatir y conjurar esas amenazas tan lacerantes, el año pasado la Infancia Misionera en España contribuyó al Fondo Universal de Solidaridad con cerca de tres millones de euros (exactamente: 2.733.972,39 €). En total, en el pasado ejercicio, las Iglesias de los cinco continentes lograron reunir, para ayudar a los niños del mundo, más de 17 millones de euros: 17.316.056,88 €. Luego, cada año, en Roma, como es bien sabido, la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias se encarga de distribuir, en función de las necesidades, las aportaciones íntegras de todos los países para hacer posible una multitud de proyectos solidarios en favor de los niños más necesitados.

    Todos estos afanes no son nuevos. La convocatoria que, cada año, nos hace la Obra Pontificia de la Infancia Misionera hunde sus raíces en medio del siglo XIX. Sí. Hasta 172 años atrás –camino de dos siglos– tenemos que remontarnos en el calendario para dar con las raíces de tan admirable organización. 


    Un francés excepcional que creó una obra pionera en la ayuda a la infancia 
    La búsqueda del origen de esta admirable Obra nos lleva hasta los pies de un francés excepcional: Carlos Augusto Forbin-Janson. Y hay que quitarse el sombrero. Porque Carlos Augusto fue un audaz adelantado de su tiempo. Para hacer lo que hizo, hace falta estar loco. Sí: “loco de remate”, le decían sus amigos y allegados. Nacido, en París, cuatro años antes de la toma de la Bastilla y en medio de una muy ilustre y no menos acaudalada familia, que hunde sus raíces en la nobleza provenzal, él estaba llamado, por su muy más que acomodada condición, a seguir la carrera política o de las armas, como su padre, que era teniente general. Con 21 años, llegó a ser auditor del Consejo de Estado con Napoleón. Pero nada más.

    Igual que la Revolución Francesa dio al traste con el Antiguo Régimen, también Forbin-Janson dio la espalda a los usos y parafernalias de su clase y, contra todo pronóstico, enderezó sus pasos hacia la vida religiosa. Tras 10 años exiliado en Alemania –el filo de la guillotina también amenazaba a los Forbin-Janson–, cumplidos los 24, vuelve a Francia e ingresa en el Seminario de San Sulpicio. Y, en 1818, a los 33, es ordenado sacerdote en la ciudad de Chambery, cercana a Lyon. Al poco, su obispo le nombra vicario general y responsable del Seminario. Pero... las labores administrativas no le hacen muy feliz.

    Más tarde, por su acreditada competencia, será nombrado obispo de Nancy. Pero, en ese camino, monseñor Forbin-Janson tropieza, primero, con esa otra gran adelantada que fue su paisana Paulina Jaricot, la lionesa fundadora ¡en 1822! de la Obra de la Propagación de la Fe. Y tropieza, en fin, con los dramáticos testimonios que, desde China, envían los sacerdotes de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, instituto al que había pensado unirse él mismo.

    Así, llegó a sus manos–y a su corazón– el Mensaje a las almas caritativas de Europa, documento fechado el 7 de octubre de 1779 y escrito por Juan María Moye, sacerdote de las Misiones Extranjeras de París, donde presentaba, con todo detalle, la triste situación de muchos niños chinos, abandonados por sus padres. La pobreza de las familias y el desprecio que los hogares campesinos mostraban hacia las niñas –menos capacitadas físicamente para hacer frente a las duras tareas del campo– eran la causa que propiciaba tales abandonos. Y parece que la costumbre todavía sobrevive en el subconsciente colectivo del pueblo chino. De ahí, tal vez, el abultado número de niñas chinas ofrecidas para la adopción en los últimos años.

    El Mensaje daba cuenta de cómo los misioneros recogían a niños abandonados y los entregaban a las familias cristianas, para que, a cargo de la misión, los criaran y educaran. También relataba cómo otros muchos morían, por haber llegado tarde el socorro de la Iglesia. Y advertía, en fin, que algunos misioneros habían creado hogares para esos niños, pero que atender a los acogidos les impedía dedicarse a la evangelización propiamente dicha.

    UnMensaje que fue, sin duda, germen, principio y origen de la Obra Misional de la Santa Infancia, que nacería cuatro años después. Ni corto ni perezoso, Forbin-Janson coincidió desde su fe con los valores del lema revolucionario: “Liberté, égalité, fraternité”, y se lanzó a movilizar a todos los niños cristianos en favor de los niños pobres, primero de China y, poco después, de todas las misiones. Su objetivo: que los niños ayuden a los niños. Cada uno, que lo haga según sus posibilidades. Pero que todos participen en ese afán.

    Eran muy otros tiempos: en 1843, Richard Wagner termina su primera ópera, El buque fantasma, inspirada en la leyenda del Holandés Errante. En mayo, nace en Las Palmas el que, andando el calendario, llegaría a ser don Benito Pérez Galdós. En Inglaterra Charles Dickens publica Cuento de Navidad. Y la reina de España, a la sazón Isabel II, que ha sido declarada mayor de edad sin haber cumplido, todavía, los 14, determina que la bandera roja y gualda de la Armada –elegida por Carlos III para los buques de guerra– pase a ser la nueva bandera nacional. La “reina castiza” también coloca la primera piedra del nuevo Congreso de los Diputados.
    Poco antes de cumplirse los diez años de su fundación en París, la Santa Infancia llega a España en 1852, a instancias del arzobispo de Toledo Juan José Bonel y Orbe, y bajo el patrocinio de la propia Isabel II. La reina quiso que su primogénita, la Princesa de Asturias, fuera “primera asociada, fundadora y protectora de la Obra”.

    De los orígenes de Infancia Misionera, 172 años hace ya. Monseñor Forbin-Janson sólo pudo dirigir la Obra que él había fundado durante 16 meses. Murió, a los 59 años, el 11 de julio de 1844. Su mérito y condición de adelantado, lejos de menguar, se acrecienta al saber que otras organizaciones humanitarias de parecido tenor todavía tuvieron que esperar muchos años para nacer.
    La Cruz Roja, por ejemplo, surgió 20 años después: en 1863. Antes, el comerciante suizo Henry Dunant, de Ginebra, hubo de toparse con un macabro espectáculo: tras la batalla de Solferino –guerra de la unificación italiana–, 40.000 hombres, quedaron abandonados a su suerte. Morían sin asistencia. La tragedia empujó a Dunant, que en su juventud había militado en movimientos cristianos, a movilizar a los vecinos de los pueblos cercanos para socorrer a los heridos, con una sola condición: que no tuvieran en cuenta el bando en el que estaban los heridos. El lema “Tutti fratelli” (“Todos hermanos”), acuñado por las mujeres, funcionó. Como funcionó, en el ánimo de Forbin-Janson, la revolucionaria consigna “fraternité” para poner en pie la Obra de la Santa Infancia, que ahora conocemos como Infancia Misionera. Y que, desde 1922, tiene el apellido de “Pontificia”, porque depende directamente del Papa. UNICEF tardó más todavía en nacer: en 1946, al cabo de la II Guerra Mundial, para ayudar a los atribulados niños de la destrozada Europa. El caso del admirable y magnífico Forbin-Janson es, ciertamente, singular. Pero no tan exclusivo e insólito como podría parecer. 

    También aquí y ahora, en nuestros días, hay “locos de atar” que, como el fundador de la Infancia Misionera, un buen día, “porque no están del todo contentos con su quehacer de cada día”, dan la espalda a una excelente posición, lo dejan todo y se van a compartir su suerte con los más necesitados de la Tierra. 


    Reportaje de Ximena de Angulo
    Revista Misioneros Tercer Milenio

    ¡Gracias! desde Yibuti, un país beneficiario de las ayudas de Infancia Misionera

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    "Los niños que se forman en nuestras escuelas son el futuro del país"




    Mark Desser, vicario general de Yibuti, que trabaja al norte del país, en la Misión Católica de Tadjorurah será el invitado especial de la rueda de prensa de Infancia Misionera.

    El padre Desser explicará la situación de la infancia en este pequeño país africano, y dará cuenta del destino de las ayudas que reciben anualmente de Infancia Misionera, para el trabajo educativo de la Iglesia en la diócesis, donde atienden a 2.700 alumnos de diversas circunstancias sociales, familiares y étnicas; en su mayoría musulmanes.


    Tiene muchas cosas interesantes que contarnos aquí te dejamos algunas ¿quieres escucharle?






    Algunos datos de la Iglesia de Yibuti

    Peculiaridad de Yibuti
    Aunque es un país muy pequeño, tiene una gran importancia estratégica: está ubicado en el estrecho de Bab el Mandab, una entrada al Canal de Suez, que es una de las rutas de navegación con mayor actividad en el mundo.
    Sus países vecinos son Somalia, Yemen, Eritrea y Etiopía. Hay mucha migración y refugiados en la zona.
    Situación de la Iglesia en Yibuti
    Los cristianos son minoritarios, sólo representan el 1-2% de la población. Sólo hay una diócesis para todo el país.
    La Iglesia goza de libertad de acción, lo que contrasta con su vecina Somalia.
    La labor educativa de la Iglesia es muy fuerte: hay cuatro escuelas primarias, 5 centros de alfabetización y una escuela de formación profesional.
    Relación con los musulmanes
    La mayoría de los alumnos y los profesores son musulmanes.
    Relación con la Iglesia de Somalia
    La Iglesia de Yibuti es muy cercana a la Iglesia de Somalia. El obispo de la diócesis, monseñor Giorgio Bertín, es también el vicario apostólico de Mogadiscio (Somalia), y es la única representación de la Iglesia en el país, aunque desde fuera.
    Trabajo con refugiados

    En Yibuti se ha hecho una experiencia de campamento de verano para jóvenes de los campos de refugiados.

    Infancia Misionera ayuda a la alfabetización de muchos niños

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    La Iglesia en Yibuti está comprometida con la educación. Infancia Misionera sostiene esta tarea con proyectos para material escolar y ofreciendo becas a los niños más pobres.


    Infancia Misionera, presente en más de 130 países, financia miles de proyectos en los Territorios de Misión. El Fondo Universal de Solidaridad administrado por OMP, en el que se reciben aportaciones de los niños de todo el mundo, contribuyó en 2015 a la realización de 2.699 proyectos destinados a la Infancia en todo el mundo. Solamente con la ayuda de España ( 2.727.721,66 euros) se pudo ayudar a 385 proyectos en 37 países. Ayer Mark Desser, misionero estadounidense en Yibuti, narró en la presentación de la Jornada de Infancia Misionera, como utilizan las ayudas que reciben de Infancia Misionera de España. 
    Mark Desser es un ex ingeniero de General Motors, que un día sintió la llamada del Señor a trabajar entre los musulmanes de Yibuti. Ayer explicó que la educación es la principal tarea de la Iglesia Católica, minoritaria en este pequeño país de 23.200 kilómetros (apenas el o,6 % de la población es católica). Las escuelas impulsadas por la Iglesia, están presentes en Yibuti desde que llegaron los primero misioneros capuchinos en 1885.
    Mark, que es el vicario general de Yibuti, trabaja en una escuela de alfabetización en la Misión Católica de Tadjorurah, al norte del país, donde se encuentra la etnia de los afares. En todo el país, la Iglesia tiene 4 escuelas primarias acreditadas por el Estado y cinco (entre las que se encuentra la de Tadjorurah), dedicadas “a los más pobres y vulnerables, a los que no tienen papeles o no pueden ingresar en la escuela pública por diversas razones”. Sin la ayuda de la Infancia Misionera, estas escuelas no podrían sobrevivir, porque como dijo el misionero “no somos autosuficientes”. Los subsidios sirven para pagar el sueldo de los profesores o comprar material escolar, pero también para jugar, porque como dice Mark, esto es “esencial en la vida del pequeño”.
    Mark se siente “padre” de los 71 niños que su escuela atiende en la actualidad, por la que han pasado algunos de los principales dirigentes del país, entre ellos, el actual presidente. El misionero sabe que “los jóvenes de hoy son los responsables del futuro”, por eso considera que su misión fundamental es “abrir los jóvenes a Dios y a los demás, tal como son”. El misionero se siente “también cura de los musulmanes”, muchos de los cuales estudian en las escuelas cristianas. La relación con ellos es cordial; y son los propios padres musulmanes los que les animan para que hablen de Dios a sus hijos.
    Además de la labor educativa, “esencial para la paz”, la Iglesia ha salido también al paso de las necesidades de los refugiados, que llegan al país procedentes de algunos de los países más castigados de la zona, como Yemen. Fue el propio obispo de Yibuti, monseñor Giorgio Bertin quien quiso abrir un campamento de refugiados para que los niños tuvieran un “oasis de normalidad”.

    El padre Desser agradeció "el apoyo de muchas personas generosas que ayudan porque sin ellas no sería posible hacer a los misioneros todo lo que hacen"



    Ganadores del Concurso de Fotos de Infancia Misionera

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    Sol Nazira Atoche, Marina Iglesias y Lucia Cano son las ganadoras del Concurso de Fotos de Infancia Misionera ¡Gracias! 





    Más de 700 niños de 6 a 12 años han participado en el concurso nacional de fotografía de Infancia Misionera, desde 40 diócesis españolas. Con el título “Da gracias con una foto”, el concurso ha movido a cientos de niños a expresar el agradecimiento, de cara a la Jornada de Infancia Misionera, que se celebrará el 24 de enero con el lema “Gracias”.


    El Jurado ha elegido a los tres ganadores Sol Nazira Atoche, de Palencia, Marina Iglesias, de Madrid y Lucia Cano de Pamplona, y ha querido hacer dos menciones especiales para Silvia Vergara Montoya de Pamplona y para los Alumnos de 5º de Primaria del Colegio Santo Ángel de Palencia.


    PRIMER PREMIO
    Sol Nazira Atoche Sendino
    8 años
    Colegio Nuestra Señora de la Providencia de Palencia
    .

    “Gracias Señor por darme la oportunidad de conocer otra realidad y participar de las Eucaristías que allí se celebran"



    SEGUNDO PREMIO
    Marina Iglesias
    12 años
    Colegio Mater Salvatoris de Madrid

    “Gracias Señor por cada puesta de sol, porque significa que tengo un día más para amarte”



    TERCER PREMIO
    Lucía Cano
    8 años
    Colegio Espíritu Santo de Ponferrada (diócesis de Astorga)

    “Gracias por la familia”


    MENCIONES ESPECIALES:
    Silvia Vergara Montoya
    10 años
    Colegio San Ignacio de Pamplona

    “Gracias Dios por enviarnos a TU HIJO”



     Alumnos de 5º de Primaria
    10-11 años
    Colegio Santo Ángel de Palencia


    “Gracias de corazón a nuestra familias, profesores y compañeros”



    ACTA DEL CONCURSO DE FOTOS "GRACIAS": 

    En Madrid, a catorce de enero de 2016

    En la sede nacional de Obras Misionales Pontificias, calle Fray Juan Gil, nº 5, en presencia del director nacional de Obras Misionales Pontificias, D. Anastasio Gil García, se han reunido los miembros del jurado del Concurso de Fotografía de Infancia Misionera 2016 “Di gracias con una foto”, que a continuación se enumeran:
    D. Diego Caballo Ardila, como presidente del jurado,  D. Rodrigo Hernández Moreno,  Dª. Rosa Lanoix González, y  D. Antonio Aunés  Hernández.
    Los dos miembros del jurado Dª. Silvia Botella Palacios y D. Carlos Dorado Aguado, han excusado su asistencia y han enviado por correo electrónico su fallo.
    Actúa como secretaria Montserrat Vilaseca Momplet.
    Una vez recibidas las fotografías procedentes de  41 diócesis españolas, y enviadas a los miembros del jurado para su evaluación, deciden otorgar el primer premio del Concurso de Fotografía de Infancia Misionera a la fotografía realizada por Sol Nazira Atoche Sendiño, de la diócesis de Palencia, con la frase: “Gracias por darme una oportunidad”.
    El segundo premio a  Marina Iglesias de la diócesis de Madrid con la frase “Gracias Señor por cada puesta de sol, porque significa que tengo un día más para amarte”.
    Y el tercer premio, a Lucía Cano de la diócesis de Astorga, con la frase: “Gracias por la familia”.
    A petición del jurado se otorga dos Menciones Especiales a las fotografías de Silvia Vergara, de la diócesis de Pamplona, con  la frase “Gracias Dios por enviarnos a tu Hijo”; y a  la clase de 5º de Primaria del colegio Santo Ángel de Palencia, con la frase “Gracias de corazón a nuestras familias, profesores y compañeros”.
     Y para que conste a los efectos oportunos, se firma en la ciudad y fecha indicadas. 



    Descargar el Acta del Jurado
    http://www.omp.es/OMP/infanciamisionera/concursofotografiaIM/actajurado.pdf 

    Concurso fotos: Mención especial

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    Silvia Vergara Montoya ha obtenido una mención especial en Concurso de Fotos de Infancia Misionera "Di gracias con una foto"


    Silvia Vergara Montoya es una niña de 10 años que estudia en el Colegio San Ignacio de Pamplona, nos envió esta foto con esta reflexión:

    “Gracias Dios por enviarnos a TU HIJO”


    El jurado decidió concederla una mención especial en el Concurso de fotos de Infancia Misionera, Diego Caballo, presidente del Jurado, valoró de esta manera su fotografía: “Las menciones especiales no estaban contempladas, pero no queríamos que el concurso fuera hermético y monolítico. Se han otorgado porque eran fotografías que se distinguen de las demás, por ser muy interesantes.
    Llama la atención esta fotografía, porque muestra una cadena humana que forma un corazón y la palabra “Gracias”. Esta sería la fotografía de cierre de una exposición. Representa a la humanidad a través de una cadena, todos están interconectados. Actualmente todos tenemos algo por lo que dar las gracias, y esto está muy bien expresado en la fotografía. Representa la Humanidad, que unida en una cadena, y movida por el motor principal del corazón, siempre tiene algo que agradecer”.

    Enhorabuena Silvia y gracias por tu participación ojalá muchos niños y adultos siguiendo tu ejemplo encuentren motivos ser agradecidos.


    Concurso fotos: Mención especial

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    Los alumnos de 5º de primaria del Colegio Santo Ángel de Palencia han obtenido una mención especial en Concurso de Fotos de Infancia Misionera "Di gracias con una foto"


    Los Alumnos de 5º de Primaria del Colegio Santo Ángel de Palencia nos enviaron esta foto con esta reflexión:

    “Gracias de corazón a nuestra familias, profesores y compañeros”


    El jurado decidió concederla una mención especial en el Concurso de fotos de Infancia Misionera, Diego Caballo, presidente del Jurado, valoró de esta manera su fotografía: “Las menciones especiales no estaban contempladas, pero no queríamos que el concurso fuera hermético y monolítico. Se han otorgado porque eran fotografías que se distinguen de las demás, por ser muy interesantes. La fotografía es muy difusa y borrosa, no tiene definición. Da sensación de misterio. Esto expresa muy bien que no todos vivimos la fe con la misma claridad, unos lo tienen más claro y otros menos, pero lo cierto, es que Cristo está siempre ahí”.


    Enhorabuena a estos niños gracias por participar y compartir con nosotros sus motivos para dar gracias.

    Concurso fotos: Tercer Premio

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    Lucía Cano ha sido galardonada con el tercer premio del Concurso de Fotos de Infancia Misionera "Di gracias con una foto"

    Lucía Cano es una niña de 8 años que estudia en Colegio Espíritu Santo de Ponferrada, Astorga
    Nos envió esta foto con esta reflexión:

    “Gracias por la familia”



    El jurado la eligió como tercer premio del concurso de fotos de Infancia Misionera, Diego Caballo, presidente del Jurado, valoró de esta manera su fotografía: “Esta foto suma tres generaciones: abuelos, padres e hijos. Muestra la familia unida, la ayuda y fortaleza que ofrece. Es un plano medio que muestra sentimientos e ideas. Es muy bonito ver cómo el niño ha sabido representar el agradecimiento por la familia a través de una fotografía.

    Enhorabuena Lucía y gracias por tu participación ojalá muchos niños y adultos siguiendo tu ejemplo encuentren motivos ser agradecidos.



    Concurso fotos: Segundo Premio

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    Marina Iglesias ha sido galardonada con el segundo premio del Concurso de Fotos de Infancia Misionera "Di gracias con una foto"


    Marina Iglesias es una niña de 12 años que estudia en el Colegio Mater Salvatoris de Madrid

    Nos envió esta foto con esta reflexión:

    “Gracias Señor por cada puesta de sol, porque significa que tengo un día más para amarte”



    El jurado la eligió como segundo premio del concurso de fotos de Infancia Misionera,  Diego Caballo, presidente del Jurado, valoró de esta manera su fotografía: “Es una foto que no tiene ni principio ni final. No se identifica un entorno preciso. Al fondo está el horizonte. Representa la creación, muestra de dónde venimos y a dónde vamos. Y en medio de esa grandeza está presente el elemento humano. Hay alguien ahí, sin cara, ni definición; no se sabe si es hombre o mujer. Si hubiera tenido un plano corto y definido, interesaría menos. Sugiere misterio, belleza y creación. En medio de la creación, destaca la presencia del ser humano”

    Enhorabuena Marina y gracias por participar y compartir con nosotros tus motivos para decir "gracias".


    Concurso fotos: Primer Premio

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    Sol Nazira Atoche ha sido la ganadora del Concurso de Fotos de Infancia Misionera "Di gracias con una foto"

    Sol Nazira Atoche es una niña de 8 años que estudia en el Colegio Nuestra Señora de la Providencia de Palencia.

    Nos envió esta foto con esta reflexión:

    “Gracias Señor por darme la oportunidad de conocer otra realidad y participar de las Eucaristías que allí se celebran"



    El jurado la eligió como primer premio del concurso de fotos de Infancia Misionera,  Diego Caballo, presidente del Jurado, valoró de esta manera su fotografía: “Se trata de un plano general muy abierto, en el que se ven dos niños. Éstos están nítidos y enfocados. Son el presente y el futuro. Por detrás, difuminada con la neblina se encuentra la ciudad, muy pobre. Los niños son la oportunidad del futuro, la esperanza de esa ciudad. La idea es interesantísima”.

    Enhorabuena Sol y muchas gracias por participar con nosotros y enseñar al mundo que hay muchos motivos para dar "gracias".

    Gracias desde Sáhara Occidental

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    Las ayudas de Infancia Misionera llega a Sáhara Occidental para atender a un centro de niños discapacitados



    En 2015 se enviaron 8.000$ a la Prefectura Apostólica de Sáhara Occidental. Allí se destinaron a un Centro de Discapacitados, donde atienden a niños con minusvalías físicas y psíquicas. La gran mayoría son musulmanes. Desde allí han enviado un vídeo:



    El vídeo se grabó cuando tres audioprotesistas trajeron 100 prótesis para niños con problemas de audición. Gracias a ellas, los niños pueden empezar a escuchar las voces y los sonidos de las calles.

    El vídeo, filmado por ellos, recoge el agradecimiento de varios de ellos. “Quiero dar las gracias en nombre de los familiares y de los niños el centro a la Santa Infancia por la ayuda que nos dan, porque sin ellos no podríamos haber hecho esto”, afirma el presidente de la Asociación de discapacitados. Después, varios de los niños atendidos dan las gracias, y cuentan lo que ha supuesto para ellos escuchar. “Me he beneficiado de esta operación. Gracias al audífono ahora oigo el sonido de los coches y las voces. Gracias a Dios, gracias”, afirma una joven.


    Todo esto ha sido posible gracias al esfuerzo de los pequeños misioneros, que ha aportado su granito de arena para hacer posible este trabajo. En Infancia Misionera tu dinero llega, y por eso, los niños de los Territorios de Misión te dan las gracias.





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